miércoles, 30 de enero de 2013

Ángel Guardián..

¿Crees en los ángeles? si... estos seres alados que vienen del cielo... emm, en fin, ¿crees en los ángeles guardianes?. Has oído hablar de ellos, ¿cierto? dicen que todos tenemos uno, siempre está a nuestro cuidado en los peores casos.... de verdad crees que es así? jajaja no, no lo son, no son ángeles, ni siquiera son buenos ¿sabes?. Pero valla que siempre están, siempre, tu no los verás, no porque sean invisibles, ellos... simplemente saben que los ignoraras, porque al final, tu no quieres verlos, ¿cierto?. No, no quieres, no te gustaría. 

Ahora estás en tu PC leyendo esto, mientras el está detrás tuyo, observándote  cuidando su fuente de alimento, con sus ojos rojos... valla odiosos que son. Ja! pero allí están, si, cuando tu no te das cuenta, cada vez que vas a dormir y miras hacia el techo de tu habitación, no dejes de mirar hacia allí, quizá está al lado tuyo. O cuando duermes, ¿a que no te imaginas? te ve de frente, de hecho, eso le gusta. Cuando estás en la ducha y el jabón entra escurridizamente a tus ojos, está al frente tuyo. Que tal cuando entras a una habitación oscura, tus ojos aún no pueden ver nada, el está frente tuyo, pero tu no quieres que sea así, el lo sabe, así que no importa. A el no le gusta que sepas que existe ¿sabes?. Quizá tu crees que no le conoces, pero si que sabes quien fue  tu claramente te acuerdas de eso cuando vivía. 


De hecho ahora está detrás tuyo, si, pero no le mires...se puede molestar.

viernes, 25 de enero de 2013

Suerte que no encendiste la luz.

Una chica llega a altas horas de la noche a la residencia de estudiantes donde vive, se ha quedado hasta tarde con unas amigas y cuando llega a dormir son más de las tres. 

Entra en la habitación tratando de no hacer ruido para no despertar a su compañera de cuarto, tampoco enciende la luz para no molestarla por lo que tiene que avanzar a oscuras empleando  la luz de tu teléfono móvil para no golpearse con los muebles.

Cuando se mete en la cama empieza a oír unos quejidos ahogados, la chica se queda en silencio para escuchar mejor. El  es como pequeños grititos ahogados o quejidos sin fuerza. Se imagina que su compañera se habrá traído a su novio al cuarto y estarán teniendo una noche apasionada, le sorprende que no colgara una prenda de ropa en la puerta como acostumbran a hacer como señal de que tienen “visitas”. Pero está demasiado cansada para levantarse y buscar otro sitio donde dormir. Sin darse cuenta cae en un profundo sueño entre lamentos y quejidos. 

A la mañana siguiente se despierta sintiendo una humedad en su cama, aún medio dormida lleva su mano al líquido que empapa la manta y pega un salto tras comprobar que es sangre. Sobre su colcha la cabeza cortada de su amiga con un pañuelo en la boca que le sirvió de mordaza la noche pasada. 

La habitación parece un matadero, todo está ensangrentado y en la pared escrito con la sangre de su amiga se podía leer:

“Suerte que no encendiste la luz” 

Al llegar el forense dictaminó que la chica llevaba pocas horas muerta, al parecer el asesino la había estado torturando toda la noche a escasos metros de la cama donde descansaba. Los quejidos eran gritos de dolor que quedaban ahogados por la mordaza mientras el psicópata despellejaba y mutilaba viva a la víctima. Sin saberlo la chica había salvado su vida al no encender la luz y sorprender al asesino en mitad del crimen. 

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