domingo, 15 de julio de 2012

La humanidad.

Hoy fui de visitas a la casa de una de mis hermanas, y en el trayecto me encuentro con 2 jóvenes, de unos 16 años aproximadamente, menores de edad, sentados en una esquina, con ropa vieja y sucia, pidiendo limosna para comprar cigarrillos.
Al ver esto, me detuve, y pensé dentro de mi mismo:
"¿A que hemos llegado? lo que ha producido nuestra humanidad ha llevado no a mejorar al mundo, sino a empeorarlo, llevándolo a los vicios que se los toma con mas importancia hasta que la comida. Pedimos dinero para satisfacer vicios que nos son otorgados por gente que los produce solo para la ganancia, sin pensar en el mal que produce ¿Y esto sera lo que nos conducirá en el futuro?"
Fue impactante esta imagen, me sentí mal conmigo mismo y enojado con la humanidad misma, que se deja controlar por las necesidades secundarias como los vicios y las ganancias, y no le toman importancia a lo que de verdad nos influiría en nuestra vida. Mis sentimientos al ver esto explotaron todos juntos.
Así que me decidí, tomé aire, largué un suspiro, y decidí ir a hablarles a estos 2 jovenes. Podría pasar lo peor y que recurran a la violencia por no conocerme, pero quise hacer el intento.
Me acerque a ellos y les dije:
"Jovenes ¿Andan pidiendo limosna para la compra de cigarrillos? ¿Les parece esto algo correcto?, (calmado mencioné esto, para que no se alteraran) pues ustedes en este momento podrían estar pasando hambre, y en vez de comprar algo con lo que comer o beber, prefieren malgastar su dinero en un vicio que les es perjudicial para su salud y su bienestar, y también para el bienestar de aquellos que los rodean. Con esto... ¿Se sienten felices? ¿Son felices en sus vidas sabiendo que le tienen mas aprecio a un vicio que a su salud y bienestar? ¿Se dan cuenta la imagen de ustedes mismos que otorgan a aquellos que los rodean al verlos así? ¿Les parece correcto pedir el dinero que necesitan para sobrevivir quizás y utilizarlo para satisfacer a un mal vicio? Deberían de pensar esto, salir, organizarse, estar con su familia o con las personas que los quieran, que tengan a su lado, y decirles: 'GRACIAS POR ESTAR CONMIGO'; ustedes saben que pueden ser mas de lo que ofrecen a la vista, dejar ese vicio, y salir adelante en sus vidas".
Ambos jovenes me miraron, con ojos de esperanza, apagaron ese cigarrillo, tiraron el cartel de limosna para cigarrillos, y escribieron otro que decía: "Limosna para quien este junto a mi".
Me sentí muy feliz, se me llenaron los ojos de lágrimas, quizás luego volverían a ese mal vicio, pero me quedo con mi alegría de poder haberlos ayudado a recapaticar al menos un momento.
Me di vuelta, y continué mi viaje hacia la casa de mi hermana.

-Juan Manuel Fernandez.

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